La FIA no sanciona a Hamilton

Es normal en el ámbito deportivo que un organismo interno regule, vigile y sancione en consecuencia a aquellos que durante el desarrollo de la competición actúen de forma manifiestamente antideportiva, de mala fe, o simplemente peligrosa. Después de una temporada movidita en Fórmula 1 todos conocemos el papel de la FIA, incluso los que, como un servidor, nos hemos subido al carro de este deporte en los últimos años. Al principio, novato yo, pensaba que teniendo en cuenta los altísimos presupuestos que se barajan estaba cantado que este organismo concreto sería totalmente independiente, inapelable en sus regulaciones, incontestable en sus veredictos. Puesto que considero que sigo siendo un novato, les daré el beneficio de la duda y seguiré pensando que no hay ni gato encerrado, ni perro faldero. Pero que Hamilton se libre de toda culpa tras los escandalosos frenazos y salidas de trazada que hizo en el último premio de Japón es algo que alguien va a tener que explicarme.

He perdido ya la cuenta de decisiones "discutibles" de este organismo "regulador" a lo largo de la temporada, y curiosamente la mayor parte de ellas han tenido un beneficiario: el niño de papá. Y ojo, no me entendáis mal, considero al novato como un gran piloto. Por mucho que haya copiado reglajes, sido ayudado con maniobras extrañas, y escapado de sanciones prácticamente inevitables, es un conductor de los que da gusto ver en carrera, que toma riesgos, lleva el coche al límite, y realiza los adelantamientos como si le fuera la vida. Sería genial una pelea limpia y justa sobre la pista para decidir el campeón, no "trabajo de despacho" para garantizar la impunidad de un piloto. Y que se lo digan a Vettel, que por mucho que la FIA haya decidido retirarle la sanción que con tanta ligereza le impusieron por el choque con Webber, seguro que no está precisamente de acuerdo con el comportamiento de Hamilton.

Lo peor de todo es la sensación -malísima- de que si el que hubiera realizado esas maniobras con el safety car en pista fuera cualquier otro piloto no les habría tomado siete horas el día del gran premio ni otras tantas hoy para decidir si se sancionaba o no. De nuevo, que se lo digan a Vettel. La Fórmula 1 es un deporte con cierta reputación en cuanto a legalidad, y me pregunto si realmente conviene a la FIA el show que ha dado durante la temporada regulando comportamientos extraños al día siguiente de suceder cuando es obvio que no son legales (la grúa de Hamilton), sancionando en base a reglas inexistentes (el parón de Alonso en Hungría), o pasando por alto reglas existentes (el caso que nos ocupa). No nos engañemos, en Japón puede que no se viera nada por la lluvia, pero el único que realizaba maniobras irregulares era Hamilton.

Actualización (6/10):

Yo creo que en los 2 ó 3 últimos años ha ido empeorando en ese sentido, sobre todo de cara al aficionado desde fuera, que ve esto como una cosa entre amigos, parece que tanta Fórmula 1, profesionalidad, tecnología, etcétera, es más una feria del automóvil, como decías, que vamos de país en país enseñando los coches y poco más. Porque que un vídeo de un aficionado en YouTube tenga una repercusión como para reabrir una investigación o que un tío de una fotocopiadora consiga excluir a un equipo del campeonato de Constructores parece una cosa de broma para la gente que está fuera, en sus casas y ve la Fórmula 1 como algo increíble.

Fernando Alonso, en Marca.